Un absceso dental es una bolsa de pus que su cuerpo ha formado para combatir una infección bacteriana. Cuando el pus no puede drenar, se forma un absceso. Los abscesos dentales ocurren debido a la caries dental no tratada, la enfermedad de las encías y el daño en los dientes. Para tratar el absceso, necesitamos drenar el pus, remover el tejido infectado (generalmente a través de un tratamiento de conducto o extracción dental) y posiblemente recetar un curso de antibióticos.

Mientras espera para ver al dentista, hay algunas cosas que puede hacer para sentirse más cómodo. Enjuague su boca con agua salada tibia: combine una cucharadita de sal de mesa con una taza de agua. Puede tomar medicamentos analgésicos de venta libre, como acetaminofén o ibuprofeno, para reducir el dolor e hinchazón.

Un absceso dental es una emergencia dental: cuando se deja sin tratar, el absceso puede propagarse por todo el cuerpo, lo que lo hace gravemente enfermo. Busque atención dental de emergencia de inmediato si tiene fiebre, pus que drena de su boca, o si la zona del absceso está hinchada y caliente. Otros signos de un absceso dental incluyen un olor fétido en su boca, ganglios linfáticos inflamados y un dolor intenso y palpitante.

Incluso si sus síntomas disminuyen o el pus comienza a drenar, aún necesita atención dental. La infección no desaparecerá hasta que se drenen y se traten adecuadamente con antibióticos.